Pastor Gérald FRUHINSHOLZ 19 de julio de 2011 Traducción: Esther KWIK Parece ser que siempre esté navegando un barco francés..., ansioso por alcanzar Gaza como sea. ¡Que heroicidad! Mala suerte, incluso Hamas acaba de declarar que Gaza no está pasando por una crisis humanitaria. Afirma tener aún los medios suficientes pagar los 20 millones de dólares/mes necesarios para sus 35.000 funcionarios (militares y civiles).
Volvamos a nuestros dignatarios religiosos, protestantes y católicos, que han metido la pata. No hemos recibido aún ninguna respuesta de los pastores de la Federación Protestante de Francia, pero más abajo figura la reacción de un amigo israelí de Jerusalén, que publicamos con su consentimiento. Estamos a 17 de Tamuz que conmemora la brecha realizada en las murallas de Jerusalén, y que precede a la segunda destrucción del Templo. Parece simbólico todo lo relacionado con las supuestas acciones humanitarias, que en realidad son tentativas para herir a Israel, y abrir unas « brechas » en las murallas de Jerusalén. No es digno por parte de creyentes bíblicos. Nota: En las últimas noticias, tras no querer cooperar, el barco habría sido inspeccionado por la Marina israelí, y dirigido hacia Ashdod.
Querido Pastor Fruhinsholz Acabo de leer su brillante artículo acerca de los últimos acontecimientos, y en particular sobre el posicionamiento de algunas personalidades notorias de la Federación Protestante de Francia. Al igual que Usted, estoy profundamente ofendido; me siento agredido, engañado por un ser querido desde la niñez. Este ser querido es el Protestantismo. Le debo la vida y le voy a explicar el porqué.
Durante la guerra, mis padres y yo, de origen polaco, huimos del avance nazi, pasando de la zona ocupada a la zona libre, para llegar después de muchas peripecias demasiado largas para contar aquí, a la ciudad de Carcasona, donde una viuda protestante, nos ocultó del ejército alemán. Al no poder esconderme en una habitación, en un tejado, mis padres hicieron lo posible para ocultarme en casa de una familia en un pueblo llamado Saint-Antonin-Noble-Val, donde más tarde supe que muchos judíos habían encontrado un refugio. En cuanto a mí, unos amigos de mis padres, escondidos en Montauban, encontraron a una pareja sin niños que inmediatamente aceptó cogerme en su casa como "sobrino. Esta pareja era Protestante practicante. La primera noche que dormí bajo su techo, « Tita », así la llamaría hasta el final de su vida, se sentó en la orilla de la cama, con un libro en su mano. Con voz dulce me dijo: "Mi pequeño Jacky, tienes que saber que eres judío, y debes estar orgulloso de serlo; amamos a los judíos porque Jesús era judío. Amamos este libro que es la Biblia y cada noche te leeré un pasaje de tu Historia". Sólo tenía cinco o seis años, pero nunca olvidé este episodio. Y así ocurrió. Pasé un año y medio con ellos sin que se enteraran los soldados de la división Das Reich. Todo el mundo sabía que Alice y Armand Fraysse, ocultaban en su casa a un pequeño judío y les aconsejaron que lo devolvieran a casa de sus padres, porque estaban arriesgando su vida. Se opusieron con ímpetu a pesar de los enormes riesgos, me siguieron mimando como a su hijo, me llevaban todos los domingos al culto en el Templo que estaba situado en frente de su casa. ¿Cómo podría olvidarme de su heroísmo, de su amor al prójimo, inspirado por la Biblia? Para mí, ellos son el Protestantismo. Les estoy infinitamente agradecido, por lo que son y lo que representan. De modo que cuando me entero por los diferentes medios de comunicación, que algunos dirigentes del protestantismo francés, a los que siempre respeté, se han aliado con Hamas y con todos sus afiliados, que sienten un desprecio genético por los Cristianos y un odio mortal por los judíos, no puedo dejar de sentir náuseas. Me siento dolido, traicionado. Señores no, no puedo ver en ustedes, a los herederos de los verdaderos protestantes como Tito y Tita Fraysse, "Justos entre las Naciones" Con su posicionamiento aceptan, y asumen los fines de nuestros enemigos: echarnos al mar, hacernos desaparecer de nuestra Tierra a la que hemos vuelto gracias a la fuerza de nuestra esperanza mesiánica de dos mil años. Cuando le leo Pastor y Señora Fruhinsholz no me desilusiono. No me desilusiono cuando me cruzo con gente maravillosa como el Pastor Munch y su esposa. No me desilusiono cuando hablo con el Pastor y la Señora Chaix de Sarcelles, que tanto han hecho por nuestro país. Sólo puedo formular un deseo esta noche. Que su carta ayude a ciertos pastores "desviados" a tomar conciencia del acierto de su análisis y de su fe inquebrantable en la perdurabilidad de Israel y del pueblo judío, ¡Amen! Dr. Jacques Bronstein Oftalmólogo en Jerusalén drjbron@gmail.com 
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